El miedo peor de creerse la pesadilla que es la vida, el temor tan grande de sentir la ausencia de abrazos y cariños. Sin embargo, querida mía hay mucho calor para ti, mucho cariño aquí y ahora, de tu padre y de tu madre vivos muy vivos en todos los que estamos a tu alrededor. Somos tu padre y tu madre, cada persona que miras y te sonríe, te abraza, llora contigo, somos ese cariño que tanto buscas en los rincones y te crees que has perdido. Podemos llenar tu ansiedad, tus vacíos, tus lágrimas enjugar. Tus padres aún pueden darte todo lo que necesitas en tu vida, aunque no de la manera que habrías pensado que tuvieres de ellos, lo único que debieras hacer es verlos en tu corazón y en cada mirada de amor, palabras de aliento y cariño, abrazo que te dieren, amor que te prodigaren, verlos ahí, acostumbrarte a verlos ahí y sentir así su mano y amor. Con mucho amor, Joseth
Me llamo Candela, hija de Emilio Molina y Pilar Gutierrez, asesinados el 16 de abril de 2010 en Assilah (Marruecos). Su muerte repentina me creó la necesidad de expresar lo que sentía, de comunicar y plasmar mi historia sin contarla.
Este blog se lo dedico a ellos, es un tributo, un homenaje, una muestra de amor y emociones.
El miedo peor de creerse la pesadilla que es la vida, el temor tan grande de sentir la ausencia de abrazos y cariños. Sin embargo, querida mía hay mucho calor para ti, mucho cariño aquí y ahora, de tu padre y de tu madre vivos muy vivos en todos los que estamos a tu alrededor. Somos tu padre y tu madre, cada persona que miras y te sonríe, te abraza, llora contigo, somos ese cariño que tanto buscas en los rincones y te crees que has perdido. Podemos llenar tu ansiedad, tus vacíos, tus lágrimas enjugar. Tus padres aún pueden darte todo lo que necesitas en tu vida, aunque no de la manera que habrías pensado que tuvieres de ellos, lo único que debieras hacer es verlos en tu corazón y en cada mirada de amor, palabras de aliento y cariño, abrazo que te dieren, amor que te prodigaren, verlos ahí, acostumbrarte a verlos ahí y sentir así su mano y amor.
ResponderEliminarCon mucho amor,
Joseth