
Ayer volví a tener la mirada perdida. Continuamente se me pierde, cómo buscando un lugar donde cobijar unas lágrimas q que callan en mi interior, o un lugar donde ver brillar en otros ojos los astros cuando la noche deja de lado su oscuridad. No sé que siento, pero no me gusta. Nada me importa, nada me duele y a la vez todo me hace daño. El mundo me es indiferente por sus diferencias respecto a lo que yo quisiera de él. Soy como un junco movido por el viento, queriendo volar pero atado a la tierra, tratando de mantenerse firme y cayendo encima del resto.